Las 10 averías de coche más comunes

Desgraciadamente, sufrir averías en el automóvil es más habitual de lo que nos gustaría. Ya sea por culpa de un accidente o, simplemente, del uso, cada cierto tiempo tenemos que hacer una inversión para repararlo. Aquí queremos ofrecerte un repaso acerca de las diez averías más comunes, con el propósito de que sepas a qué componentes de tu vehículo debes prestar mayor atención.

Cuáles son las averías más frecuentes

Según la OCU, la fiabilidad es el principal aspecto que tienen en cuenta los conductores a la hora de comprar un coche. De hecho, este valor se sitúa muy por encima de otros como el tamaño o las necesidades específicas del comprador.

Sin embargo, por muy fiable que sea la marca y el modelo, tarde o temprano vas a tener que enfrentarte a estos problemas en el coche.

1. Bombillas y testigos fundidos

Una bombilla o testigo fundido es el problema más habitual en los coches, sobre todo, si no equipan faros de ledes, cuya vida útil es de muchos años. Por suerte, también es bastante económico y fácil de reparar, lo que evita en la mayoría de los casos tener que recurrir a un taller mecánico.

2. Batería descargada

Es la causa más habitual por la que el conductor de un coche averiado tiene que llamar a la grúa. Las baterías tienen una vida útil de entre 5 y 7 años y, cuando se estropean, dejan el automóvil completamente inmovilizado. Algo que, además, suele suceder en el momento más inoportuno.

3. Elevalunas roto

Los elevalunas de las ventanas funcionan mediante un sencillo motor eléctrico. El problema es que el peso del cristal le genera un desgaste que, con el paso del tiempo, conlleva que no pueda cumplir su función. Su vida media ronda los diez años, pero si, por ejemplo eres víctima de un acto de vandalismo o robo y te rompen la ventana, puede verse reducida notablemente.

4. Cortocircuitos en el cableado

Los coches cada vez cuentan con sistemas eléctricos más complejos. Si bien es cierto que también incorporan mejores sistemas de seguridad, los cortocircuitos son relativamente habituales. Cuando se producen, la única solución pasa por sustituirlos en un centro adecuado.

5. Problemas en el sistema de dirección

Las ruedas están expuestas a la fricción permanentemente. De hecho, son los elementos que soportan el peso del vehículo y los que mantienen contacto permanente con la superficie. Por ello, tanto los neumáticos como los ejes de dirección y las suspensiones tienen una elevada tendencia a sufrir averías.

6. Desconfiguración de componentes electrónicos

Los sistemas electrónicos de los vehículos también son, hoy en día, mucho más complejos y delicados que hace algunos años. Desde su centralita controlan la cantidad de combustible que llega al motor según las necesidades de conducción, el encendido automático de los faros, el climatizador, etc.

7. Averías en el motor

Probablemente, las averías que más tememos se producen en el motor de los vehículos de combustión. Los eléctricos son mucho más sencillos en su mecánica, pero los de gasolina o diésel entrañan una gran complejidad. Un fallo en la correa de distribución o en la culata puede originar graves daños y, además, su sustitución implica un fuerte desembolso en mano de obra.

8. Obstrucción de los inyectores del motor

Suele producirse como consecuencia del uso de carburantes de baja calidad. Hacen que se acumule suciedad en el depósito de combustible y acaba taponando los inyectores. También puede provocar la rotura de la bomba y la obstrucción del filtro. Son problemas que, en un coche, pueden acabar generando una factura tan elevada como si se produjeran en el propio motor.

9. Desgaste del sistema de frenos

Cada vez que pisas el pedal para frenar, las pastillas de freno ejercen fricción sobre el disco y se desgastan. Con la suma de los kilómetros, es obligada su sustitución. No llevarla a cabo puede generar graves daños en el conjunto del sistema. No olvides que el disco de freno puede mantenerse en buen estado durante toda la vida útil del vehículo si realizas el pertinente mantenimiento.

10. Fugas de líquidos

Hablamos, por ejemplo, del líquido de refrigeración del motor y del usado por el sistema de dirección, así como del gas del aire acondicionado. Los conductos por los que circulan y los depósitos en los que se almacenan pueden sufrir fugas que impliquen reparación. Además, si no te das cuenta de que se han producido, es posible que el coche sufra otros problemas mecánicos más graves.

En definitiva, estas son las diez averías de automóvil más comunes. Sin duda, nuestro seguro de asistencia en carretera te será muy útil en caso de sufrir cualquiera de ellas. Las razones son muchas. Por ejemplo, ofrece un servicio de remolcado del vehículo sin límite de kilómetros, asistencia médica y legal, traslado sanitario en ambulancia y repatriación. Hasta pone al alcance de tu mano un coche de sustitución.

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