Todo lo que debes saber sobre ciberseguridad

A día de hoy todo, absolutamente todo, pasa a través de nuestro smartphone. Si nos lo llegan a contar hace unos años, cuando andábamos jugando a la serpiente en nuestro teléfono móvil, no nos lo habríamos creído. Hemos pasado de llevar en el bolsillo un instrumento para hacer llamadas a llevar todo un sustituto de un ordenador personal. Eso sí, el ordenador también seguimos utilizándolo, y ya sea en uno u otro… dejamos nuestra vida privada totalmente expuesta con cada uso porque no nos molestamos ni un poco en contar con las medidas de ciberseguridad más básicas.

Pensamos que el robo de datos puede pasarle a cualquiera excepto a nosotros. Que quién va a querer suplantar nuestra identidad. Hasta que ocurre. El problema es que con la ciberseguridad no hay término medio: o previenes los problemas o te toca tener que lamentarlos. Suponemos que no quieres ser de los del segundo grupo, así que hoy vamos a contarte los problemas más habituales que puedes encontrarte y, mejor aún, cómo esquivarlos a tiempo. ¡Toma nota!

¿Qué es la ciberseguridad?

Por alguna extraña razón, cuando escuchamos esta palabra lo primero en lo que pensamos es en algo demasiado futurista, como de un mundo al que no pertenecemos. Sin embargo los delitos cibernéticos están a la orden del día y pueden arruinarnos la vida en tan solo unos segundos. Desde dejar limpias nuestras cuentas bancarias hasta ver cómo se hacen públicas unas fotografías que nunca tendrían que haber visto la luz. O todo lo contrario: ser víctimas de un ataque de ransomware, un secuestro de datos por el que nos pedirán un rescate bastante abultado.

La ciberseguridad es la forma que tenemos de enfrentarnos a este tipo de amenazas. Ahora bien, no solo se trata de elementos que nos permiten evitarnos más de un dolor de cabeza. También se llama así a las precauciones que debemos tomar para no ponérselo fácil a los cacos digitales. Los amigos de lo ajeno ya no solo roban carteras y cajas fuertes. Ahora también se hacen con tu identidad digital, y esta es una de las peores noticias que podríamos haberte dado hoy. Eso sí, no te preocupes, porque vamos a hablarte largo y tendido sobre cómo puedes evitarlo.

Tu identidad digital, un tesoro muy poco valorado

Antiguamente, cuando internet llegó a los hogares españoles, lo normal era ser anónimo en la red de redes. No tenías que rendir cuentas ante nadie, podías opinar lo que quisieses. Ahora también puedes, pero lo normal es que lo hagas bajo tu nombre y apellidos. E incluso con una foto tuya como avatar. El problema es que a día de hoy, incluso para encontrar un trabajo, importa lo que haces en redes sociales. Mucho.

Y tu identidad en internet no es únicamente lo que tú quieres mostrar. Ahora llevamos encima nuestro certificado digital, nuestras contraseñas del banco, algunas fotos íntimas, nuestros mensajes prohibidos… Ahora, una suplantación de identidad causada por un agujero de ciberseguridad puede, literalmente, arruinarnos la vida.

De ahí que cada vez haya más personas que se preocupan por proteger su identidad digital. La imagen que se proyecta en las redes, sí, pero también toda esa parte que no se puede enseñar y que al fin y al cabo nos define. ¿Qué pasaría si alguien difundiese ciertas imágenes desde nuestro email del trabajo? ¿Y si propagase un bulo sobre nosotros en internet? ¿Somos realmente conscientes del daño que puede hacernos una acción que, a priori, pensamos que no puede llegar a sucedernos a nosotros?

Lo normal es que no, pero si esto que te estamos contando te ha hecho empezar a plantearte cosas sigue leyendo, porque vamos a  decirte cómo ahorrarte todo esto.

Cómo proteger tus datos en Internet con un seguro de ciberseguridad

Contratar un seguro para proteger tu identidad digital es, desde todos los puntos de vista posibles, la mejor forma de tener las espaldas bien cubiertas. No existe solución infalible contra las amenazas que nos acechan en el ciberespacio: un antivirus caducado en el ordenador o un móvil con el sistema operativo desactualizado pueden ser auténticas trampas en términos de ciberseguridad. De hecho, por muy a la última que estén, los dispositivos electrónicos nunca llegan a estar 100% protegidos.

Por eso es importante tener detrás una protección contra cualquier tipo de problema que pueda surgir:

  • Ayuda con el bloqueo de tarjetas
  • Compensaciones económicas por pérdidas económicas directas a causa de un robo de identidad.
  • Gestión y borrado de datos en internet.
  • Rastreo de teléfonos y ordenadores robados.
  • Eliminación de perfiles sociales tras el fallecimiento.
  • Protección de la navegación en el ciberespacio mediante un software seguro, así una mayor encriptación de la red wifi doméstica.

Además, este tipo de seguros suelen incluir asistencia técnica remota y ayuda a la hora de configurar los dispositivos electrónicos de cara a su uso por parte de los menores de cada casa. Si un adulto necesita protección, imaginad qué no puede necesitar un niño por muy nativo digital que sea.

Lo cierto es que, en este terreno, cuantas más coberturas se puedan contratar, mejor. Estar cubierto equivale a estar tranquilo, y la tranquilidad es sinónimo de calidad de vida. No te lo pienses, contrata un seguro para tu actividad en internet y olvídate de cualquier tipo de problema de ciberseguridad que pueda surgir. Y créenos, antes o después… ¡surgirá!

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