En diciembre cuando empecé a prepararme para el Ironman de Frankfurt, la fecha estaba muy lejana, pero el tiempo vuela, y antes de que me haya podido dar cuenta, ¡ya estamos a menos de una semana!, la más dura. Entrenar no entrenas pero, pero esta vez el cansancio es mental.
La primera parte ya la hemos conseguido, disfrutar del camino, de la preparación. Hemos llegado hasta aquí sin lesiones ni contratiempos reseñables, así que no hay excusas. Y digo hemos, porque en esto no estoy solo, el Ironman también lo hace mi pareja, amigos, mi entrenador… apoyándome y animándome, que no es poco.
Hasta ahora me he dedicado tanto a entrenar, que me quedaba poco tiempo para pensar. Esta semana es al revés, tienes poco que entrenar, por lo que te queda mucho tiempo para pensar.
Lo más importante es alimentarse bien e hidratarse. La tarea es preparar todas las cosas que necesitarás, pero sobre todo y por primera vez, DESCANSAR. Me reservo para hacer una carrerita de 40 minutos tranquila y un poco de natación y bici una vez llegue al circuito donde será la prueba.
Tienes todo el rato la carrera en la cabeza. Qué tienes que preparar, cómo te vas a organizar, cuál es la agenda, qué cosas no puedes olvidar y claro está, intentas visualizar una y otra vez como será la carrera y todas sus fases y te empiezas a animar.
Te imaginas cómo suena el despertador, a las 4:00AM, cómo te ivaden los nervios, cómo te preparas y cómo te vistes.
Te ves en la línea de salida, con otros 3.000…piensas ¡CALMA!. Rápidamente te dices “no te preocupes por eso, ya lo hemos hecho más veces”, la salida son unos minutos angustiosos, pero luego sabes que disfrutarás de la natación.
Sueñas con que todo vaya bien, que sientas que la bici rueda fácil, que tus piernas están fuertes para empujar los pedales durante casi 6 horas, Dios 6 horas… Repasas qué y cuándo vas a ir comiendo y bebiendo para ir reponiendo las energías que estás gastando.
Pero mi principal miedo es la carrera a pie, aunque también mi momento más esperado. No lo puedo evitar, me imagino cansado (lógicamente), pero con la determinación de seguir corriendo. Me imagino llegando a meta, abrazando a Cristina y a mis amigos y disfrutando de la post-carrera con la satisfacción de saber que has dado lo mejor que tenías ese día, esos meses.
¿Como vivís vosotros los momentos previos a una carrera?
A la vuelta os detallaré la experiencia del Ironman de Frankfurt, esperemos que con el objetivo conseguido. Pero si quéreis seguir mi experiencia podéis hacerlo en la página web de Ironman, mi dorsal será el 2388, o a través de las redes sociales de Europ Assistance (Facebook, Twitter e Instagram)
Roberto Guisasola