Si tienes pensado hacer un triatlón de media distancia, en mi opinión el Triatlón Zarautz es una de las mejores opciones, sino la mejor.
“En cada triatlón aprendes algo nuevo, pero no todos te hacen sentir lo mismo.”
¿Por qué participar en el Triatlón Zarautz?
- Porque la organización es muy buena, llevan 30 ediciones del Triatlón Zarautz y se nota en todos los detalles su profesionalidad.
- Porque la natación es en mar, saliendo de Getaria y llegando a Zarautz, casi 3km por mar abierto viendo los acantilados y a merced del cantábrico.
- Porque el circuito de bici es espectacular, con zonas de subida, zonas para ir acoplado, y como no, el famoso muro de Aia, algo más de un kilómetro donde las piernas parecen que van a estallar y el corazón salir por la boca.
- Porque en la carrera a pie hay una animación y una cantidad de público abrumadora. Son 3 vueltas de unos 7kms pasando por el centro de Zarautz, el malecón, el paso por lo que llaman la zona de “los borrachos” (grupos de gente que se reúnen en un bar de las afueras para animar como hooligans mientras toman unas cervezas), y por el campo de golf con unas vistas preciosas.
Llevaba desde el año 2009 con ganas de hacer este triatlón, pero por un motivo u otro nunca había podido participar. Todo el mundo me hablaba maravillas y la verdad que no desmerece. En cada triatlón aprendes algo nuevo, pero no todos te hacen sentir lo mismo, el ambiente que recorre los rincones del Triatlón de Zarautz es único.

Los días previos los pasé revisando la previsión meteorológica continuamente, me preocupaba la dimensión de las olas, nadar casi 3 km zarandeado por un mar cantábrico picado debe ser como poco, mareante. Menos mal que tuvimos suerte y las olas solo median 0.6m.
Empecé muy bien con la natación, un poco de golpes y ansiedad en los primeros minutos como en todas las competiciones, pero una vez cogido el ritmo y mi sitio, logré llegar a Zarautz sin contratiempos.

El sector bici en cambio comenzó duro, según sales del agua hay una subida larga y tendida que a mí se me hizo un poco difícil, pero pasado ese tramo pude retomar el ritmo. La bici consta de dos bucles de unos 30km, más o menos rápidos, y luego un bucle de unos 20km donde están los muros de Aia y la subida al camping de Orio, un paisaje que te deja sin palabras y te anima a seguir casi tanto como la gente del pueblo.
En este sector mis piernas notaron la carga de trabajo que llevo por la preparación del Ironman de Frankfurt, mi objetivo principal de este año 2016, y no las sentí frescas del todo sobre todo al principio.
Es increíble el ambiente que hay durante la carrera a pie… La primera y segunda vuelta fueron muy productivas y aunque en la última apareció el cansancio (a las pruebas me remito con la siguiente foto) y toco apretar un poco, es difícil pensar en rendirte cuando tienes a todo el pueblo animándote y apoyándote.

Tras cruzar la meta, recibí una vez más el cariño y apoyo de familia y amigos, no sabéis lo mucho que reconforta saber que no haces el Ironman solo. Ahora mi cabeza solo puede pensar en mi gran objetivo que cada día está más cerca, el Ironman de Frankfurt.
Roberto Guisasola