¡Gracias!

Recibimos una nueva carta de agradecimiento por una asistencia en viaje y ahora somos nosotros los que damos las gracias por estas palabras tan motivadoras:

“¡Gracias! Aunque no es lo establecido a la hora de comenzar una carta, permítanme decir que en este caso me parece lo más apropiado.

Mi nombre es P.D. y el pasado marzo 30 de octubre recibí una de las peores llamadas de teléfono de mi vida. Mi padre, que se encontraba de vacaciones junto a mi madre en Fuengirola (Málaga), me comunicaba que mi madre se había roto una pierna por culpa de una caída tonta. Sé que, tal y como comencé este escrito, parecía que el motivo de la llamada era más trágico, pero ¿acaso no es desagradable saber que un ser querido está lejos y mal?

Me puse en contacto con ustedes y acto seguido me cogí un vuelo a Málaga para desplazarme al hospital. Por desgracia, la estancia allí no fue grata. Y no por el hecho de la fractura de pierna de mi madre, que también, sino por la atención recibida que tanto yo como ustedes sufrimos y de la cual varios de sus compañeros se acordarán, aunque supongo que son múltiples los casos con los que tratan a diario. Espero sinceramente que no sean todos tan complicados, sobre todo para algo tan sencillo como dejar regresar a alguien que está mal a su hogar.

Durante estos días de desesperación para mi padre y para mí, ustedes resultaron una ayuda y un apoyo. Por este motivo, y aunque éste sea sólo un pequeño gesto, no puedo dejarlo pasar sin decirles: ¡GRACIAS!

Gracias a Sergio, que me ayudó y asesoró con el alojamiento, un hotel en el cual recibí la mejor de las atenciones.

Gracias a Susana, que aguantó mis lágrimas de dolor y me consoló cuando yo me desesperaba porque no conseguía la colaboración del personal del hospital para conseguir un informe, para pasar una llamada, firmar un fax…

Gracias a Carlos, que me buscó el vuelo más cómodo para volver a nuestra casa.

Gracias a Beatriz, que envió el fax para que mi madre pudiese ser subida al avión en silla de ruedas.

Gracias a Serena, que me envió los billetes de avión al hotel y gestionó los traslados en ambulancia (por cierto, el chico de la ambulancia un amor, gracias a él mi madre estuvo preparada para la hora de salir).

Gracias a Susana, que se aseguró de que habíamos llegado bien al aeropuerto y me recordó mi tierriña con mucho cariño.

Y al resto, aunque seguro que de algún nombre me olvido aunque no por ello valoro menos su ayuda. ¡Muchas gracias!”

Foto | woodleywonderworks en Flickr

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